Estamos hablando del cañón ubicado en la pequeña comunidad El Barro, del municipio de El Jicaral, en León, una obra tallada por la madre naturaleza que es sinónimo de aventura rodeada de distintos atractivos. No es el Cañón de Somoto, es otro cañón que se ubica en el caluroso occidente de nuestro país.
Durante décadas el Río Viejo ha sido el tallador idóneo de las rocas que lucen moldeadas por sus frescas aguas, creando un paisaje rocoso que cautiva la mirada de quienes visitan el único cañón de occidente. Subir y bajar el cañón Él Jicaral es todo un reto para los turistas que por fortuna tienen la mano amiga de pobladores que a la vez son guías locales, fortaleciendo de esta manera el turismo comunitario en estas tierras.
Como sacado de una película en la zona se ubica un puente colgante que de inmediato llama la atención de los aventureros, desafiándolos a caminar sobre el mismo. Una obra donde se antepone la destreza de los nicaragüenses para construir sobre un abismo un puente colgante de 120 metros de largo. Y tiene una altura en esa zona de 60 metros, pero en otros puntos el abismo tiene hasta 300 metros o más de altura, según manifestó un joven turista a MASAYA AL DÍA.
El puente colgante Abra Vieja-Las Pencas fue construido por una ONG con el objetivo de poder conectar con caseríos y comunidades del municipio de Darío. Por otro lado es todo un reto descender a las profundidades de La cueva Los Arcos, un sitio representativo, ya que tiene cuevas que rodean a la caverna más grande del departamento de León. El Cañón El Jicaral son 25km de rivera y límite natural entre municipio El Jicaral, el municipio de Ciudad Darío y el municipio de San Francisco Libre.
Una de las jóvenes que visitó este lugar dijo a MASAYA AL DÍA que cada recorrido es ideal para tomarse fotografías y desde luego “no pueden irse de esta belleza natural sin bañarse en las pozas del cañón y pescar en el llamado Río Viejo”, dijo una de los visitantes.